Sí, no sé qué tiene Oporto, pero se dice que cuando vas una vez, vuelves otra y otra… Es que su gente te acoge de una manera tan cercana y agradable que te sientes como en casa. Sus increíbles vistas al río Duero, sus edificios coloridos, y el encanto de sus calles empedradas te envuelven el alma. Y no podemos olvidar la paz y tranquilidad que sientes al pasear por sus jardines y miradores, disfrutando de la brisa atlántica. Oporto es un lugar que simplemente te invita a regresar.

Esta elegante ciudad tiene mucha historia atrás como por ejemplo la famosa calle de las Galerias "Rua das Galerias" en la que antes se situaban las tiendas de artículos de bodas y funerarias y actualmente es el epicentro de la vida nocturna, puesto que estos locales se han convertido en bares y clubes creando un ambiente único que entremezcla lo antiguo y lo moderno.

No podemos dejar de nombrar su famoso vino, " Vino de Oporto" se produce en las orillas del rio Duero y destaca por su dulzura y a la vez su sabor robusto. Lo que le hace diferente de los demás es que se fortifica con Brandy durante la fermentación. Sin duda tienes que probarlo en algunas de las famosas bodegas como Brumester, Calem, Fonseca, Grahams, Cockburns, y Taylor.

En tu tranquilo paseo por el Duero, no olvides probar el plato típico "Francesinha", es un sándwich cubierto con una salsa rica y picante, que refleja la influencia de la cocina portuguesa. Puedes probarlo en los restaurantes: "Francesinhas Al Forno da Baixa", "Santa Francesinha" y "Dona Francesinha Porto" entre otros.

Algo imprescindible y que no te tomará mucho tiempo, es tomarte un café en el icónico "Majestic Café" conocido por su elegante decoración y ambiente acogedor, lo que muchos no saben es que este café tiene algo que te inspirará, y si no que se lo digan a la famosa escritora de Harry Potter ya que escogio este romántico lugar para escribir sus libros. Fué inaugurado en 1920 y su decoración es de la Belle Epoque, mármoles, maderas nobles, espejos... pero no os voy a contar más para dejaros con las ganas de verlo.

Una buena manera de despedirse de Oporto, hasta la próxima por supuesto, es desde sus increíbles miradores como: Mirador de la Serra do Pilar, Mirador de la Iglesia de San Francisco, Mirador de la Torre dos Clérigos, Mirador de la Ribeira entre otros.

Si es la primera vez que viajas a Oporto, prepárate para enamorarte de sus calles empedradas, su vibrante vida nocturna y, por supuesto, su exquisito vino. Y si ya has tenido el placer de visitarla, te aseguramos que siempre hay algo nuevo por descubrir en esta joya portuguesa.