Si estás planeando una escapada a Cracovia, hay un lugar que no puedes dejar de visitar: el Castillo de Wawel, situado en la colina del mismo nombre. Este castillo no es solo un monumento, sino que es una parte fundamental de la historia de Polonia. En su interior, la Catedral de San Wenceslao te sorprenderá por su mezcla de estilos arquitectónicos, que van desde el gótico hasta el renacimiento. La fachada es una especie de patchwork lleno de capillas que le dan un toque único y colorido. Este lugar, además, es Patrimonio de la Humanidad, ¡y con razón!

Cerca del castillo, no te puedes perder la Cueva del Dragón. Según cuenta la leyenda, este fue el hogar de un dragón, ¡y la verdad es que el lugar tiene un aire bastante misterioso que te hará sentir como parte de un cuento de fantasía! Si eres fan de Juego de Tronos, te sentirás como si estuvieras en uno de sus escenarios.

Por supuesto, Cracovia también es famosa por Juan Pablo II, quien fue obispo de la ciudad antes de convertirse en Papa. En los terrenos del castillo hay una estatua en su honor que muestra el cariño y respeto que los habitantes de Cracovia tienen por él. Y no podemos olvidarnos de una de las obras de arte más impresionantes del Renacimiento: La Dama del Armiño de Leonardo da Vinci, que está expuesta aquí.

El Encanto del Casco Histórico
Una vez que dejas atrás el castillo, el casco antiguo de Cracovia te envuelve con su magia. Las calles empedradas, las iglesias por doquier y los edificios antiguos hacen que sea fácil perderse por allí durante horas. En la Iglesia de San Pablo y San Pedro, una de las más bellas, puedes admirar las doce estatuas que decoran su fachada. Y si te apetece un descanso dulce, haz una parada en el Café Mini. Es como estar en la casa de Hansel y Gretel: gofres, helados y el dulce local rurka (relleno y en forma cilíndrica), ¡irresistible!

A pocos pasos de allí, en Grodzka 45, está Krakowski Kredens, una tienda gourmet donde puedes probar delicias polacas y productos internacionales de calidad. Si te apetece algo más relajado, te recomiendo hacer una parada en el Planty Park, el cinturón verde que rodea el casco antiguo. Aquí, los locales se reunían para hacer picnics y disfrutar de la tarde. Es el lugar perfecto para descansar después de explorar las calles de la ciudad.

La Plaza del Mercado: El Corazón de Cracovia
Uno de los lugares más vibrantes de Cracovia es su Plaza del Mercado (Rynek Główny), que es todo un espectáculo. Aquí encontrarás desde souvenirs típicos hasta la Torre del Ayuntamiento, ideal para una foto. Si te alejas un poco de los restaurantes turísticos, descubrirás sitios auténticos como Czerwone Korale en la calle Sławkowska, con su decoración kitsch inspirada en el folclore polaco. O si te apetece algo más moderno, Kogel Mogel en la calle Sienna 12 tiene un ambiente cosmopolita y platos como los dumplings polacos que te harán la boca agua.

Y si eres fan de la comida más ligera pero deliciosa, no te pierdas Charlotte chleb i wino, una boulangerie francesa que destaca por su ambiente relajado y su menú de sándwiches y ensaladas frescas. ¡Perfecto para tomar un descanso!

Kazimierz: El Barrio Judío de Cracovia
Si tienes algo de tiempo, te recomiendo cruzar el río para llegar al barrio de Kazimierz, el antiguo barrio judío de la ciudad. Esta zona tiene un aire tranquilo y algo bohemio, lleno de vinaterías y coctelerías. Se rodó parte de La Lista de Schindler aquí, y todavía conserva su esencia histórica. Plac Nowy, la plaza principal, es el lugar ideal para probar los pierogis, las empanadillas polacas rellenas de todo tipo de ingredientes: carne, queso, patatas o champiñones. ¡No te vayas sin probarlos! Aunque no es el lugar más elegante de la ciudad, su sabor auténtico lo compensa todo.

Cracovia es una ciudad que tiene de todo: historia, arte, buena comida y un ambiente único que te hará sentir como en casa. Desde sus monumentos hasta sus pequeños cafés y restaurantes, cada rincón tiene algo especial que descubrir. ¡No te la pierdas!